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Obras de Arquitecto


El arquitecto que se hace presente  aquí  soy yo: Antonio Viloria.
Terminé la carrera en el año 1958. Ya ,hace mas de diez años que me retiré de la actividad profesional y entré en el mullido régimen de las clases pasivas, o sea que ya solo me queda  ponerme a especular sobre la brevedad de la vida y sobre el conjunto de recuerdos del pasado, entre los que se encuentran  las obras edificadas o diseñadas en que yo intervine. Puede parecer una tarea un tanto ilusoria, pero en todo caso, albergo la esperanza  de que a través de esta revisión gráfica alcance una nueva mirada mas objetiva desprovista de querencias arbitrarias. Y de constatar de cómo estas arquitecturas se han podido integrar en el tejido urbano de pueblos y ciudades, y en que grado han contribuido a enriquecer el significado de su propio entorno. Los ejemplos que muestro a continuación son los que considero más relevantes, bien por el interés  de sus planteamientos o por los rasgos de su diseño. Algunas de las obras descritas se realizaron  con la colaboración de compañeros, a los que menciono expresamente y reconozco su aportación.


Mi primer proyecto, cuyo encargo es del año 1961 fue la iglesia de Castropepe, un encargo del Obispado de  Zamora a mi padre, que también era  arquitecto y que con la mejor intención  me traspasó. Cuando fui a visitar al Obispo, me advirtieron que anduviese con cuidado, porque este señor tenía fama de tener un fuerte carácter y que tuviese  ojo con las moderneces. Le expuse las líneas generales del proyecto. Estuvo atento, pero se mostró tajante en sus demandas, como la de que no hubiese puesto campanario a la iglesia .No era difícil cumplir con un programa tan escueto. El encargo tenía el aliciente de que se tenía que utilizar la cubierta antigua de estructura  de madera procedente de otra iglesia que se demolería pues iba a verse inundada por las aguas de un nuevo pantano. Las obras las realizaron unos albañiles locales, éstos demostraron que la construcción no tenía secretos para ellos. Yo actuaba discretamente, de aplicado testigo .El andamiaje para la torre lo hacían utilizando tablones y con nudos de cordaje, que hoy estoy seguro que no cumplirían con las normas de seguridad vigentes. Todo marchaba bien con   constructores tan versátiles: hacían de todo, de albañiles, yesaires, pintores, soladores, etc. Solamente para el cerrajero del pueblo tuve que hacer con unos recortes de cartón la solución de los tirantes de la cubierta que eran de chapa de hierro y en los que se integraban las luminarias de la nave. Las obras se prolongaban mes a mes porque escaseaba el dinero. Yo pasaba desde Madrid, a ver si avanzaba la obra, y en una de estas visitas me encuentro con que el cura había mandado cubrir con un cielo raso de plancha de metacrilato la flamante  estructura de madera de la cubierta sobre la cual yo había articulado todo el interés del proyecto. ¡Adiós techo de madera, tirantes y luces! Solo muestro las fotos del exterior, pues la iglesia no desmiente las trazas modernas del proyecto original, encajada en el caserío de la meseta castellana (figs. 1,2) Dentro del edificio no sé lo que haya organizado el reverendo, porque allí mismo tiré todos los trastos de recién estrenado arquitecto

   





El común de los arquitectos que hemos trabajado en la segunda mitad del pasado siglo nos hemos dedicado  principalmente a realizar proyectos de viviendas, ya sea en conjuntos de bloques  o aisladas. Me voy a referir a uno de los primeros encargos .Una urbanización en Pozuelo (Madrid) denominada 109 villas. La hicimos en colaboración con L. Miquel y J. Velasco. Se componían de diversas filas de chalets adosados de tres alturas, con unas zonas verdes comunes y garajes. Esto era en el año 1975 (figs. 3,4,5,6). Eran las primeras promociones de viviendas adosadas que se hacían en Madrid. El promotor pretendía ofrecer un tipo de vivienda de precio asequible, propia para gente joven, pero mas cercana al tipo de chalet aislado, de precio y mantenimientos mas caros .Ante la novedad, el funcionario de la Comisaría de Urbanismo que revisaba los proyectos se negó a aprobar este tipo de vivienda unifamiliar, y como los documentos de planeamiento eran escasos y de amplia interpretación, no había forma de convencer a este personaje. Yo no me enteré del modo de que se valió el promotor, el caso es que el funcionario, de repente cambió de opinión y a partir de ese momento todo fueron facilidades: nos aprobaron la ordenación y pudimos realizar las obras con total normalidad.
Vuelvo ahora  al lugar de los hechos y me quedo asombrado  por la ocupación del suelo en todo el entorno con nuevas y variadas urbanizaciones preferentemente de chalets adosados. Las fotografías que acompaño son de la época en que se terminaron las obras. La situación actual nos muestra  un entorno saturado y variopinto  debido a  las intervenciones de  cada vecino con sus acondicionadores de aire, toldos ,rejas, etc. en sus respectivas viviendas, que se han visto estimuladas por unas  ordenanzas de amplia interpretación y por la ausencia de estudios de detalle de suficiente amplitud que hubiesen homogeneizado cada intervención y evitado la singularización de tantos casos aislados. La urbanización 109 villas, a pesar de su carácter unitario naufraga en medio del batiburrillo propio de barriada de aluvión.
Este papel de la arquitectura realizada al compás del negocio inmobiliario, pone una vez mas sobre la mesa el debate sobre la extensión del deterioro que ha sufrido el espacio urbano en nuestro país, que se ha considerado como un mal consustancial con ese desarrollo económico que ha saturado toda la acción política.  
Esta tipo de situaciones tan contradictoria por parte de tantos administradores refleja el talante de los que tenían que decidir en la organización de las nuevas extensiones de ciudad. Unos años después, con un encargo similar en una barriada periférica de Zamora, el funcionario de la Delegación no aceptaba el proyecto de una fila de casas adosadas para un programa de contenido social. En este caso, le expuse al Director de Vivienda y Urbanismo de la Junta de Castilla y León la situación que había creado el celoso funcionario. Todo  quedó resuelto. ¡Y eso que el promotor era el Ayuntamiento!.








De forma ocasional proyecté algún chalet aislado como el que muestro de la casa Campoy  que se edificó en una urbanización de Boadilla y es del año 1989. No lo he vuelto a ver desde entonces. No sé por tanto las alteraciones que haya sufrido y he perdido la pista de sus dueños, lo que se añade a la dificultad de llegar a él. Incluso en plenas obras recorría inseguro el  trazado curvilíneo de la urbanización hasta llegar a la obra .La contemplación de  sus formas en la fotos despierta en mí el sentimiento que me trasmitió la cercanía con  que compartí la vida de estos amigos en aquella época.






Otro ejemplo del desarrollo de viviendas sociales que citaré  es el grupo de las 75 viviendas de la Cooperativa Pio XII en Segovia, del año 1964. Este proyecto lo realizamos entre Chimo Aracil, Luis Miquel y el que suscribe, pero hay que subrayar la dedicación principal que tuvo Chimo en proyecto y obra. Este tipo de promociones fueron fruto principalmente  de agrupaciones católicas de base como la JOC. Al frente de ellas solía haber un sacerdote joven y con ideas, que provocaban el escándalo de sus superiores, y de los responsables del Régimen. Este proyecto además era visto con  inquina por los promotores locales, porque para ellos aparecía un competidor nuevo que lanzaba una promoción de dimensiones desconocidas en la ciudad. Por otra parte las autoridades locales de Patrimonio se oponían también y contaban con el apoyo de un personaje de prestigio nacional  Recuerdo que en las páginas centrales del diario ABC se publicó una composición fotográfica en que  los  bloques de vivienda proyectados se recortaban amenazadores sobre  el perfil monumental de la ciudad.
Se produjeron manifestaciones; por una parte el cura con los cooperativistas, por otra los empresarios de las constructoras que esgrimían la amenaza de que sus hombres se quedaran sin trabajo, incluso la quiebra de sus empresas.
Solicitamos  una entrevista con el Director Nacional de Patrimonio. Fuimos a explicarle los distintos aspectos del proyecto. Un argumento que también utilizamos  es  que el solar tenía unos desniveles que superaban los 10 metros  y que tenían un valor residual, porque nadie los quería. Este político, que era  arquitecto, nos escuchó y entendió el valor del proyecto y nos dió la razón de forma que toda  la oposición pública se volatilizó, y el Ayuntamiento nos facilitó la licencia  para el comienzo de  las obras inmediatamente.
La singularidad de este proyecto estriba en que la red de comunicaciones interna dentro de la urbanización se hace atravesando cada bloque en sentido longitudinal conectando los bloques entre sí y hace el recorrido a diversos  niveles, con lo que la entrada  al conjunto, que se hace al nivel de la zona de la Plaza Mayor de la ciudad desemboca a su  salida con la carretera que circula abajo por el valle del Parral.
En un libro de dibujos sobre las casas emblemáticas  de Segovia de C. Martínez de Pisón aparecen dibujados estos bloques del Taray, entre otras muchas casas que forman parte del patrimonio monumental de la ciudad, a pesar de que en su momento tanto habían alarmado a la opinión pública.





En el año 1971 nos encargaron a L. Miquel y a mí un edificio para viviendas en torre en la avenida de Ramón de Carranza de Cádiz, frente al puerto. Como en aquel momento estaba de moda plantear las técnicas de prefabricación como alternativa a las construcciones tradicionales de ladrillo, nos parecía que  podíamos ensayar en este edificio singular algún tipo de técnicas de este tipo. Para ello utilizamos en las paredes ciegas de las fachadas laterales, planchas de hormigón, que luego se trasdosarían con la tabiquería tradicional. En la fachada principal también utilizamos elementos prefabricados, en este caso perfiles longitudinales de hormigón para acoplar las carpinterías acristaladas. El edificio está en un entorno  abierto a una avenida, que linda con una zona de ribera portuaria. Así  que esta composición un tanto alambicada no carga sobre este entorno abierto al mar.






Sólo como término de contraste presento otra torre que proyecté en el año 1986 y que corresponde a las viviendas de una cooperativa en la zona del Parque de San Juan Bautista en Madrid. Aquí los elementos expresivos del edificio son los que se forman con una simple composición de los huecos de ventana  dentro de las superficies lisas de sus fachadas. Es solo un ejemplo del tipo de proyecto que se hizo en los años del boom inmobiliario. Es patente la densificación y ocupación con que se plantean estos proyectos, y resulta meritorio que con tan escasos medios expresivos se puedan obtener resultados .que no vengan a sobrecargar de formas el entorno.





Mi último proyecto precisamente era  de vivienda social.  Fue el conjunto de 45 viviendas en una  manzana situada en la calle de Buenos Aires en Vallecas en Madrid. Era un encargo del IVIMA de la Comunidad de Madrid en el año 1995. Es un proyecto atípico en cuanto a su composición formal porque  refleja la variedad de los tipos de vivienda que la componen. Es el resultado de cambiar el orden del desarrollo del diseño como se hace habitualmente, pues aquí la forma no  se anticipa al desarrollo del programa, y la forma  se organiza a partir de diversos tipos de intervalos que marcan los bloques de escalera en fachada. De alguna manera se reproduce dentro de la misma unidad edificatoria lo que en las zonas de ensanche de los años 20 separa una organización homogénea de series de unidades sucesivas  edificadas.































En el año 1989 me encargaron el proyecto de un Centro Comercial en una zona céntrica de la ciudad de Zamora que quedaba  adyacente con el edificio de la Audiencia Provincial. Este centro iba a contar además de las galerías comerciales de planta baja y sótano,  con viviendas, despachos, una cafetería y  un garaje en varios niveles del subsuelo. Era un programa complejo porque se planteaba por primera vez la viabilidad  de un centro comercial en el casco antíguo de la ciudad y con ello la posibilidad  del aprovechamiento de su  patio de parcela como espacio público, con frente a dos calles, que además aparecía presidido por la torre de una iglesia románica contigua. Todo ello en una zona muy consolidada de la ciudad,  pegada al Palacio de Los Momos, edificio con una fachada de estilo gótico tardío.  Las razones por las que no tuvo éxito la promoción del Centro radicaron, a mi parecer,  en la crisis que se produjo en  el  comercio de la almendra central de la ciudad y que tradicionalmente era su principal actividad económica, lo que incluso últimamente está poniendo en peligro la pervivencia del actual mercado de Abastos tradicional de la ciudad edificio  de corte ecléctico y representativo de toda una época del esplendor comercial y que definió al nuevo centro de  la ciudad en la primera mitad del siglo XX.
El flamante centro comercial no llegó a inaugurarse y en la actualidad  sigue funcionando de forma un tanto  errática, incluso ha quedado reducido a albergar algunas oficinas municipales. También, como en Segovia, voces de especial ilustración local hicieron lo posible por atacar y malograr el proyecto. Éste se ejecutó en su totalidad, pero una sombra oscura marcó un destino que lo marcó negativamente. Las fotografías hablan bien de la complejidad de su programa y de los resultados formales, con tal variedad de espacios y formas. Al cabo de los años sigo sintiéndome orgulloso por esta obra en la que puse tanta ilusión. Fue una demostración inédita en la ciudad de la conversión de un espacio interior  de parcela en un espacio público que reafirma su carácter de centralidad. Tal vez algún día podrá encontrarse con exigencias  que sirvan para cumplir con una función económica y social mas adecuada que la que hoy desarrolla.








En otro edificio de oficinas que diseñé fue bien diferente. El proyecto es del año 1985. El edificio está ubicado en la plaza del Marqués de Salamanca de Madrid y aunque  de dimensiones moderadas, el desarrollo de la fachada cerrando el contorno de la Plaza pudo  dar pié a una solución espectacular. Con los antecedentes del edificio de Cádiz mostrado previamente pude diseñar un sistema de prefabricación para su fachada  con una solución mas elaborada. Se utilizó como material una piedra artificial armada que forman los huecos de ventana, que dispuestos a tresbolillo crean un hueco idéntico al de los módulos. Con ello se consigue  que no sea perceptible el giro de cada módulo sobre los adyacentes. y así poder configurar la curvatura de su fachada, En este caso se cumplieron las expectativas de sus promotores. No se escatimaron medios y se lograron unas instalaciones y puesta a punto  en oficinas y sucursal bancaria al más alto nivel de calidad. La obra se terminó siendo su propietaria Rumasa, pero el edificio pasó a manos de otra empresa, que según tengo entendido rentabilizó la operación de forma óptima.








Desde los comienzos de mi vida profesional ha estado  ligado a los temas de Rehabilitación y renovación de edificios y entornos históricos. En concreto, se me encargó un proyecto de Rehabilitación Integral del Entorno de la Catedral en el año 1986. Era un proyecto muy interesante, ya que existe  una coincidencia de monumentos y casas que componen un escenario singular y al que me referiré posteriormente. 
Hice la Restauración del Palacio del Obispo, según un proyecto del año 1988, y se me hizo otra propuesta de Residencia Sacerdotal en la zona de la  muralla junto a Palacio del Obispo que no prosperó.










En San Fernando de Henares intervine con un equipo de urbanistas en el Plan de Rehabilitación integral del Casco, y realicé el proyecto piloto de un grupo de viviendas municipal.






He realizado varios proyectos de centros de enseñanza de titularidad pública. Aquí presento la imagen de un colegio de la Compañía de María en el Ferrol, proyectado  con L. Miquel.


En el año 1975 se nos encargó a L. Miquel y a mí  el Colegio Mayor  San Juan Evangelista, en la Ciudad Universitaria de Madrid, que en concurso restringido ganamos. La apuesta era importante, porque el objetivo del colegio era ofrecer un nuevo marco educativo y de convivencia, lejos de carácter elitista de los colegios tradicionales. Era primordial que a pesar del carácter masivo de su programa, no perdiese el carácter interactivo entre los distintos grupos de residentes, y también de cara a la proyección cultural en la ciudad. El colegio ha cumplido con creces los objetivos que el fundador y artífice del Colegio se había propuesto Y como colegio mayor, en diferentes ocasiones ha demostrado el papel cultural que ha desarrollado en esta ciudad, Madrid.
Desgraciadamente el colegio ha cerrado sus puertas, como una víctima más de la crisis que viene sacudiendo a instituciones y recursos  en todo el país. Solo confiamos que esta pesadilla pase pronto y el San Juan vuelva a  iluminarnos como el foco cultural que  ha sido.









Como una secuela del San Juan hicimos el proyecto junto con Luis Miquel del  Colegio Mayor  Isabel de España, para chicas y próximo al San Juan. Igualmente  buscamos que la masificación no fuese obstáculo al desarrollo de las cualidades que deben estar en la base de una sociedad abierta y solidaria, por lo que el colegio se estructura en una serie de comunidades alrededor de un espacio de convivencia.





Me he referido con anterioridad a diversas intervenciones en edificios o proyectos del entorno de la Catedral de Zamora. Sin duda que es un entorno cargado de elementos simbólicos y edificaciones con un pasado histórico relevante. He tenido la oportunidad de intervenir  en proyectos de restauración y de rehabilitación de viviendas en la zona y también, como he mencionado anteriormente, en  uno de Rehabilitación Integral del Entorno que me encargó la Junta de Castilla y León. Este trabajo suponía abordar como tal conjunto y acercarse a indagar la evolución de espacios y edificios, y tratar de explicar la situación actual, para introducir algunas propuestas que pudiesen conformar un programa de actuaciones en el futuro. Vista la decisión, se trataba de responder a una iniciativa de la Comunidad Europea que quería hacerse presente en determinadas ciudades históricas con problemáticas parecidas: bajo nivel económico y abandono de su legado cultural y en lugares de significado monumental. El Plan fue aprobado por la Comisión de Patrimonio, pero el Plan General que estaba redactándose, lo ignoró totalmente, con lo que quedó  demostrado el interés relativo que la ciudad ha demostraba por él. Las inversiones del Plan para el caso de Braganza se ejecutaron, y eso se notó en las mejoras de sus accesos y la adecuación de unas edificaciones para Museo. Nuestro entorno, producto de pasos improvisados y de medidas oportunistas, destino final de los restos  ruinosos de edificios del pasado, sigue acusando su desconexión con la  ciudad, aunque sea temporalmente útil como las bambalinas del escenario semanasantero. Para paliar tanto abandono, la ciudad ha intentado llenar este vacío con los proyectos del edificio para el Consejo Consultivo y la restauración del Castillo, pero los problemas estructurales que atenazan la vida de este espacio singular siguen en el olvido.
Por ello este entorno no lo aparto de mi memoria, pues  como zamorano y arquitecto no hemos logrado aportar nada positivo a lo largo del pasado siglo para su configuración y papel protagonista de la ciudad.


No puedo olvidar a mis fieles colaboradores y grandes artistas,que contribuyeron a la ejecución de estos proyectos German Borges y Malco Tejedor.¡Gracias buenos hombres!